Populismo,
políticamente hablando y según mi punto de vista, es utilizar la estrategia política
de decir lo que la gente quiere oír, con independencia de que se piense cumplir
o no, para atraer el voto del pueblo. Conseguir la suficiente representación social
en las cámaras de gobierno mintiendo, engañando a los votantes o cuando menos
diciendo medias verdades.
Desde
ese punto, cualquier propuesta política es, por definición, populista, ya que
una vez gobernando, la cruda realidad lleva las promesas electorales a tocar
tierra. Unas se podrán llevar a cabo y otras no.
Alguna
vez he comentado que los programas electorales deben ser ambiciosos (si son de
la izquierda incluso pecando de utópicos), y estar desarrollados sobre propuestas
que se puedan llevar a efecto. Esto no siempre será posible dentro de una
legislatura, pero las propuestas electorales deben sentar las bases legislativas
del gobierno desde el mimo momento en que los elegidos tocan el poder.
En
esta ultima legislatura hemos sido testigos de cómo las propuestas electorales,
sin ninguna duda populistas del PP, no solo no se han cumplido, sino que el
gobierno se ha preocupado de hacer justamente lo contrario de casi todo lo que proponían
para conseguir votos.
Las
últimas medidas, apuntando ya al 2015, año electoral, demuestran ese populismo
que tanto critican a los que tienen enfrente. Subir el salario mínimo un
miserable 0,5% da para poco más que para un par de cafés mensuales, pero lo
venden como que “han subido el salario mínimo”. Eso es populismo. Subir las
pensiones el 0,75 no es como para que los jubilados tiren cohetes, pero lo
venden como que con ellos los jubilados no han perdido poder adquisitivo. Eso
es populismo. Dejarse llevar por la presión y adelantar el tratamiento para 6.000
enfermos de hepatitis es más que nada, pero son 35.000, luego a los demás los
dejan fuera de una salvación mas que probable, pero lo venderán como que su
gobierno no olvida a sus enfermos. Eso es populismo.
Ampararse
en las obligaciones para con Europa para subir impuestos como el IVA, cuando
estando en la oposición decían todo lo contrario, echando balones fuera, eso es
populismo. Utilizar el “y tú más” y el “yo no tengo la culpa” constantemente,
descargando las responsabilidades de gobierno en los que estuvieron antes, eso también
es populista. Decir que sienten la situación de las familias desahuciadas,
mientras el banco malo “recoloca” cientos de miles de metros cuadrados de
viviendas a los fondos buitres, eso es populismo. Decir que defienden una
sanidad universal y gratuita mientras privatizan hospitales y cierran camas y quirófanos,
mientras derivan enfermos a la sanidad concertada, eso es populismo. Defender
en el estrado una educación publica mientras se pactan los planes educativos
con la iglesia y se promueven las subvenciones a la privada, eso es populismo. Poner
radares de tramo en las vías paralelas a las autopistas de peaje con grandes
carteles que dicen que es “por su seguridad”, es populismo, cuando en realidad
es por la seguridad de los que invirtieron en autopistas innecesarias, para
derivar trafico hacia ellas. Decir que la justicia es igual para todos mientras
sus fiscales defienden a los corruptos y las nuevas tasas judiciales impiden el
derecho a la tutela judicial efectiva, eso es populismo. Decir una cosa agradable
para hacer al final algo que nos desagrade, eso es populismo
Podría
seguir con una lista de agravios a la sociedad casi inacabable, pero valgan
como ejemplos los anteriormente expuestos.
Populismo
viene de popular. Ya se sabe…
La
irrupción de Podemos en el panorama político español ha sido un revulsivo, y la
(aunque no quieran que se les llame así) “casta” se ha puesto de los nervios.
Pase
lo que pase, los dos grandes partidos del país preparan el gran golpe que acabe con los indeseables.
Un
gran pacto de estado está cada día mas cerca. Ahora nos dirán que no, que son
muchas la diferencias, que no es posible, pero llegado el momento, cada uno
arrimara el ascua a su sardina, pactarán… Los escaños son muy golosos y no se
arriesgarán a perderlos, con lo que significa de perder los “derechos
consolidados” de sus señorías…
Acusan
a Podemos de populistas...
Decir
que hay que auditar la deuda y pagar solo la parte legitima, decir que los acreedores
tendrán que hacer una quita, que los intereses que pagamos hacen la deuda
impagable, no es populismo, es un aserto muy pero que muy real.
Que
montar una renta básica es imposible es falso. Una renta para los que nada
tienen es perfectamente viable. Solo con la reestructuración de la deuda se podría
conseguir.
Garantizar
el derecho a una vivienda digna, como manda la constitución, no es populista. Con
las viviendas que se están casi regalando a fondos buitres (gestionados entre
otros por J.M. Aznar Junior) se podría dar cobijo a multitud de personas y
pactando con los banco una mora en el pago de aquellas hipotecas que se han caído
por culpa de la crisis todos tendríamos acceso a esa vivienda digna.
Reducir
la jornada laboral, subir los salarios, empoderar a los sindicatos para que no
pasen por la vergüenza de tener que firmar un acuerdo de subida salarial del
medio por ciento sino que vuelvan a poder sentarse con la patronal a negociar
los convenios colectivos, planes específicos de empleo y reindustrialización,
empleo publico, puede sonar a populista, pero es la verdadera salida de la
crisis.
Intentar
regular los precios de los bienes de primera necesidad, evitar el
enriquecimiento ilícito de las grandes compañías y de sus consejeros (muchos
provenientes de las bancadas políticas del congreso y el senado) no es
populismo.
Pensar
que el derecho a decidir es libre, que la voz del pueblo expresada en las urnas
es su verdadera voluntad y respetar esos resultados no es populismo. Populismo es
decir que eres profundamente demócrata e impedir el derecho a la libre expresión
de las voluntades del pueblo
Decir
que las compañías y los grandes inversores huirán del país es el populismo del
miedo.
Todos
sabemos que Zara cose sus prendas en Marruecos y oriente, que los call-center
de las grandes compañías están en Sudamérica, que los bancos hace tiempo que
saltaron las fronteras y diversificaros su riesgo, que los capitales en su gran
mayoría están refugiados en paraísos fiscales, fuera de nuestras fronteras y
control, que las compañías energéticas tienen socios que no son de aquí. De hecho,
los capitales hace ya mucho tiempo que están deslocalizados.
Ya
está bien de vender mano de obra barata. Apostar por la calidad y convertirnos
en un país parecido a Alemania en cuanto a su industria es lo que nos daría
grandeza y verdadero poder. Las empresas no son tontas, y cuando quieren un
coche de calidad se compran un Mercedes, made in Germany, no un SEAT, made in Spain.
Calidad y no precio…
Este
es el gran golpe que no esperaban. Que
en tan poco tiempo una fuerza de verdad popular (en este caso el sentido más
que de “populista” es el de “creada por el pueblo”) esté arrasando en las
encuestas es algo que no esperaban.
Se
huele su miedo…, se palpa la victoria…
Jose
Ramiro, bloguero
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, critica, difiere, discute. Abierto a todo.