Una vez, estando de paseo
por el campo, hace ya años de esto, fui capaz de oír el tremendo sonido del
silencio.
Era un día soleado, de agosto,
en el sur de España, era uno de esos días donde hay momentos en que ni el aire
se quiere mover, donde callan hasta las chicharras y los pajarillos, donde la
quietud parece parar incluso el tiempo, donde la vida se toma una pausa como para
descansar.
Pues estando lejos del
ruido de cualquier asentamiento humano y sin corrientes de agua que rompen el
silencio con su cantarino discurrir, lo oí.
Era fuerte, tremendamente
fuerte aquel sonido. Era tan profundo y penetrante que dolían los oídos,
Mi cuerpo reacciono con
sorpresa y empecé a buscar el origen de aquel enorme desasosiego que me
inundaba.
Cámara anecoica, silencio absoluto... |
Pronto comprendí, que lo
que me parecía oír, era real, era el sonido de mi sangre, que impulsada por mi corazón
pasaba presurosamente por los capilares cercanos a mi sistema auditivo. Era mi
propio sonido interior aquello que me desconcertaba.
Los habituales de la alta
montaña, muchos pasan por esta fantástica experiencia, solo reproducible en una
especial cámara anecoica.
La experiencia es cercana a
la de aquellos que oyen voces en su interior, a la de aquellos que en el
silencio de su mente, crean personajes ficticios que le hablan, que le
aconsejan y a veces le ordenan algún tipo de acción.
Es lo más cerca que he
estado de esa suerte de experiencia mística de los visionarios a los que a
veces les habla un dios que solo existe en su mente o a la de aquellos que están
convencidos de haber sido abducidos por entidades de otro mundo, que le han invadido
el cuerpo y que rigen desde dentro de su cerebro el destino de su vida.
El concepto del sonido del
silencio es como el de la nada o el del vacío absoluto, de compleja comprensión.
A nuestra mente, que capta
el mundo que la rodea a través de los sentidos se le hace difícil asimilar que
pueda existir ruido dentro del silencio, o que más allá de un cierto límite
universal no exista nada, o que en un recipiente perfectamente visible el
contenido sea igual a vacío absoluto…
Rajoy, revestido de superpoderes... |
Sin embargo, hay personas
para los que este tipo de sensaciones son habituales, como por ejemplo nuestro
presidente, que no se yo muy bien si es un visionario, si esta poseído por algún
ente extraño, a simplemente es una persona dotada de superpoderes que le dan
una supremacía enorme sobre el resto de los españoles. O quizás este afectado
por alguna especie de locura pasajera. No se…
Hace unos días, desde las
lejanas Américas agradeció a la mayoría silenciosa que no se manifestaba el
apoyo a sus medidas, por cierto todas fuera de programa.
Ahora, durante las campañas
gallegas y vascas, va por ahí diciendo que la mayoría de catalanes que no se
manifiestan no quieren la independencia, y también dice que los vascos que no
se manifiestan no son nacionalistas.
Tiene un verdadero poder
oculto que es capaz de oír lo que la gente no dice, en lugar de prestar sus oídos
a los gritos de los que si le reclaman (la inmensa mayoría) que cambie de
actitud o que se vaya.
Hubo un día que dijo que lo
del cambio climático era una patraña, y es que en su mente pulula un ser
espectral que le dice y le habla de cosas de las que el resto de los humanos no
tenemos conocimiento.
Sordo selectivo, pero con
muy buen oído para oír el sonido de los silencios
No oye a su ministro de educación
planeando de forma fascista la españolización del pueblo, ni a su ministro de
justicia dotar a los tribunales de un paquete de leyes que ayudaran a reprimir
al pueblo, ni a su delegada del gobierno en Madrid dando la orden de dar leña a
quien se mueva, o al ministro de hacienda pidiendo que dejen hundir el país, que
ya ellos… o al de economía inventándose “palabros” nuevos para llamar a cada
cosa con distinto nombre del que le corresponde, o a la de sanidad cerrando
camas y negando el servicio a quien no lo pueda costear, o al de exteriores
perdiendo el tiempo en la absurda reclamación de Gibraltar, o a cualquiera de
los que lo rodean diciendo, y lo que es peor, haciendo verdaderas barbaridades
con nuestro estado.
Pero sí oye a los que no se
manifiestan.
Por cierto, entre su gente,
tienen un verdadero problema con los números, y es que deben ser de letras y no
de ciencias.
En cada manifestación
contra sus desatinos, el conteo de manifestantes da cifras ridículamente
pequeñas, incluso mucho menores que las estimaciones de la propia policía que
siempre son a la baja.
En cambio en la última manifestación
barcelonesa por la independencia, sus cifras, que la policía estimaba en 6.000
manifestantes, llegan en este caso a los 65.000. Deberían apuntarse a unas
clases de matemáticas de refuerzo…
Lo dicho, tiene un
superpoder: el de destruir todo lo que toca…
Necesitaríamos kriptonita,
esa piedra verde esmeralda que anula los superpoderes de los superhéroes para
acabar con esto
Jose Ramiro, bloguero
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, critica, difiere, discute. Abierto a todo.