Hace unos días, mientras
me desplazaba al lugar donde tomo el primer café matutino todos los días, iba
oyendo la emisora donde desempeña su labor el conocido Cardenas.
No suelo yo oír esta
emisora, pero por casualidades del destino, esa mañana el "destino"
ha hecho que sus ondas se esparcieran dentro del vehículo.
Comentaba Cárdenas, a raíz
de las declaraciones de nuestra "queridísima" Angela Merkel
efectuadas en Grecia, donde con absoluto desparpajo ha dicho que nota grandes
avances en el país, pero que no esperen salir de la crisis con facilidad, y
augura décadas de suplicios y sacrificios como formula necesaria para la salida
de la crisis. De
forma velada, esto es extrapolable a la situación española, y todo apunta a que
aquí también tardaremos décadas, es decir, generaciones, en salir del enorme
agujero provocado en nuestras finanzas.
Insiste el amigo Cardenas
en hacer tabla rasa con los políticos españoles, culpabilizando al gobierno
anterior como causante de la supuesta ruina del país, y al actual por no haber
tomado las medidas necesarias para evitarlo.
Es evidente que Cardenas
parte de la más pura desinformación, o muestra una visión absolutamente
favorable al partido gobernante restándole culpa en la entrada en esta crisis, y
poco más que justificando, con la manida teoría de la herencia recibida, el no
haber hecho nada para corregir los desmanes del anterior.
A poco que miremos hacia
atrás, veremos que la causa real de esta crisis es la burbuja inmobiliaria
desatada por el infame Aznar, que hizo crecer el país sobre una fantasía, que
ciertamente durante años ha tenido una cierta utilidad, pero que desencadeno el
animo de lucro de los grandes bancos, nacionales y extranjeros, que en lucha
sin cuartel, daban hipotecas, incluso sin ninguna garantía a cualquiera que se
aproximase a la puerta de alguna de sus sucursales, y que concedieron prestamos
inmensos a compañías nacidas al albor de un enriquecimiento rápido, donde con
dinero prestado se construían viviendas que antes de su entrega, vía especulación,
duplicaban y a veces triplicaban su valor de forma absolutamente artificial.
Pone Cardenas de ejemplo
el caso islandés como espejo en el que mirarnos para salir de estas.
Es cierto que Islandia es
un país tremendamente pequeño, y con escasos recursos, por lo que la
comparación es casi imposible, pero bien es cierto que ellos, que entraron en
la crisis por la puerta grande, y antes que cualquiera de los otros países que
han ido cayendo uno detrás de otro, dieron con una formula simple y rigurosa de
salir de la crisis.
En España, el gobierno
anterior, el de José Luis Rodríguez Zapatero, si que recogió una herencia
maldita. Recogió una banca contaminada por créditos basura, créditos
incobrables y de ladrillos embargados a esas entidades especuladoras que no
habían conseguido vender sus bienes, subiendo artificialmente tanto los precios
que al final no había compradores con capacidad para entrar en las operaciones,
más cuando los bancos, asfixiados por su propio éxito, dejaban de dar créditos
a los posibles compradores, cerrando el grifo de los prestamos una vez hecho el
gran negocio. El PSOE de entonces, no habiéndolo hecho bien, al menos mantuvo
vivas las políticas sociales, cierto que no con demasiado acierto, pero vivas.
Los nuevos, solo han recibido
la herencia que ya estaba montada y bien montada por los gobiernos de Aznar, y
la gran diferencia con el gobierno anterior del PSOE es que estos han
privatizado la deuda de los bancos haciéndonos la todos los españoles
responsables de la misma, se han cargado el bienestar social, y han cargado la mano sobre los que menos tienen.
Siguiendo el ejemplo
islandés, lo correcto, lo entendible, lo que todos hubiésemos aceptado sin duda
es que los responsables del crack bancario fueran obligados a soportar su
deuda, quebrando entidades si así era necesario, y enjuiciando y encarcelando a
los responsables.
No quita esto
responsabilidad a los políticos del anterior gobierno, y allá donde las
hubiere, debieran ser exigibles y depuradas, pero la indecencia de nacionalizar
las deudas del sistema es responsabilidad exclusiva del gobierno de Rajoy,
gobierno de derechas donde los haya, que con este tipo de medidas viene a
proteger a los que entonces se enriquecieron, a los banqueros que en la
avaricia del enriquecimiento vendían hipotecas a precio de saldo, como si
fuesen productos de mercadillo, a los constructores y a los que sin ser
constructores se metieron en el negocio inmobiliario propiciado por los
gobiernos anteriores para aprovecharse, con un comportamiento claramente
especulador, de lo boyante de nuestra economía.
No se puede culpar al gobierno
anterior por lo que se encontró, más cuando en sus dos legislaturas mantuvieron
un nivel de gasto social acorde con las necesidades de los españoles y lo
hicieron manteniendo la deuda publica dentro de márgenes más que razonables que
nunca llegaron a pasar del 60% del PIB, ni a este, pero a este si pomos echarle
en cara su despotismo, como favorece a los que robaron en el pasado, como ayuda
a los especuladores a salir de esta yéndose de rositas mientras exige al pueblo
español sacrificios mas allá de lo razonable, habiendo encarecido la deuda
estatal, es decir la de todos los españoles, hasta más allá del 100% del PIB. (si aún no lo han conseguido, lo conseguirán, es cuestión de tiempo...)
Dice un amigo mío,
banquero para más señas, que los bancos comerciales son negocios de alquiler de
dinero, y solo conceden créditos o hipotecas cuando hay detrás un buen negocio.
En ningún caso es por favorecer o amparar las necesidades del usuario que llama
a su puerta. Si algo te ofrecen, no es un favor, es una venta, normalmente con
sofisticados engaños escritos en letra muy pequeña, en la que ellos van a sacar
una buena tajada, si no... No te la ofrecen.
Es falso que un director
de banca sea un asesor personal del cliente. Es un comercial puro y duro puesto
por su empresa para vender productos financieros que les den a ellos una muy
buena rentabilidad.
Ahora es habitual y
costumbre encontrarse con un no a la petición de cualquier tipo de ayuda
financiera, y es porque la falta de garantías del mercado apunta a que no es un
buen negocio.
Ahora, el negocio de la
banca esta en poner su recursos en la compra de deuda estatal, ya que esta ésta
garantizada, queramos o no, por todos los españoles.
Viéndolo así, ¿por que el
interés desmedido de Europa en que pidamos el rescate?
Porque, si lo pedimos,
habremos firmado lo que se convertirá en un gran negocio para la banca
internacional (y para la española que tiene interés en que esto se produzca),
ya que sus fondos de inversión, nutridos con el dinero de los muchos ricos que
hicieron su fortuna en el boom de hace unos años y con sus propios beneficios
son los que se prestaran a interés de usura, lo que les regenerara sus riquezas
haciéndolas crecer desmesuradamente.
El rescate, de cualquiera
de los países de la zona euro, no es más que otro buen negocio de la banca. Es un nuevo
contrato de alquiler que los grandes bancos firman con nuestro país y con unas
rentas tremendamente suculentas.
Este es su negocio, y
nosotros, el cliente engañado, los que les pagamos....
Jose Ramiro, bloguero
Lo primero es que siempre buscamos responsables y en política siempre se culpa al anterior, en los años de gobierno de Aznar se hicieron mal las cosas y se nos vendió una situación errónea, en el caso del gobierno de Zapatero si vieron lo que podía llegar a pasar cerraron los ojos y nos vendieron otra situación errónea al menos a nivel económico y el gobierno de Rajoy además de beneficiar a los de siempre no sabe ni por donde coger la situación, pensaron que con llegar al poder otra vez ya era suficiente, faltan profesionales de verdad para gobernar y que tomen decisiones dolorosas pero no para los curritos sino para los poderosos.
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