Johann Christoph Friedrich Schiller, (10/11/1759 –
9/05/1805) fue un dramaturgo, poeta, filosofo e historiador alemán, que acuño
la frase: “contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano”.
En esta sintética frase, se inspiró uno de los
autores de ficción científica más populares de todos los tiempos, y uno de mis
preferidos, Isaac Asimov, para escribir una de sus novelas mas famosas -Los propios dioses-, premiada con los
premios Hugo, Locus y Nébula, y que originalmente se publico en tres partes, para
posteriormente refundir los textos y dar forma a la obra final.
La segunda parte de la obra, que da titulo a la
novela, nos viene a situar en un mundo de un universo paralelo al nuestro donde
habitan dos formas de vida alienígena (alienígenas desde nuestro punto de
vista, para ellos, los alienígenas sin duda seriamos nosotros).
Una de las formas de vida (los Blandos), esta
formada por seres de tres sexos diferentes, y por si esto no creara suficiente confusión,
su forma de vida es etérea, incorporal… Se alimentan de energía y se
diferencian en tres entidades bien diferenciadas, la racional (izquierda), la
paternal (derecha) y la emocional (centro), que cuando se unen temporalmente
los tres en esos fugaces e impalpables actos sexuales, configuran temporalmente
un ser material llamado “Duro” que es la otra forma de vida de su universo.
“Los Duros” son
los que, gracias a su materialidad, pueden interactuar con la materia y la
naturaleza para fines concretos, como conseguir alimento (energía) o manejar tecnologías.
Estos seres Duros, son los que ofrecen una
alternativa viable de supervivencia a los habitantes de su mundo, “robando” energía
(alimento) de un universo paralelo (el nuestro), aunque sea a cambio del
exterminio de la vida en nuestro universo.
Un ser Blando, para más señas del tipo emocional,
descubre lo que están haciendo y en su lucha contra los Duros y contra el
exterminio programado de nuestro universo, prácticamente pierde la vida.
La unión sexual permanente con dos compañeros de
lucha, uno racional y otro paternal, animados por el hecho de salvarle la
existencia, termina conformando un ser Duro, material, que dará lugar a un
nuevo líder en la lucha por conseguir la energía de nuestro universo. Paradojas
de la vida, que demuestra que la unión de lo bueno no siempre da un buen
resultado.
En la tercera parte, existe un final feliz, pero
mejor, si no lo habéis leído, que lo leáis.
En realidad,
toda esta perorata, solo me sirve para destacar como las creencias religiosas y
políticas terminan casi siempre en estupidez , en actos de reconocimiento de “los
propios dioses”, como la ficticia unión de derecha e izquierda que encierran las
personas, del paternalismo y la racionalidad da como resultado seres
incompletos, faltos de algo que llamamos “humanidad”, seres vanidosos, que a
falta de la sensibilidad que otorga la parte emocional se conforman en sus
propios dioses, que se auto adoran y enaltecen como si la poca razón que poseen
fuese la única.
El ejemplo mas claro de todo esto que antecede, es nuestra
mal hallada Ana Botella, que en un acto de irracionalidad política sin
precedentes, en adoración de sus propios dioses, se atreve a decir públicamente
que “la ideología del PP ha traído el mayor progreso a la humanidad”. Fin de la cita...
Es cierto que nadie les puede discutir que “la
humanidad” al menos en la edad moderna, ha progresado hacia un escenario que
ellos tienen claro que es el que desean para los “seres Blandos” que somos
todos aquellos que, llevados por nuestra parte mas racional y emocional,
creemos que otras formas son posibles, que el altruismo y la colaboración son
necesarios para la convivencia, que no adoramos a nuestros propios dioses sino
que les damos un papel secundario en nuestro ser mientras el respeto se abre
camino en nuestras vidas.
Nadie puede negar que hayamos progresado en estos
pocos años que llevan en el poder “los Duros”.
Nunca antes las cifras de desempleo habían llegado
tan altas, nunca antes encontrábamos tanta gente rebuscando restos en los
contenedores de basura, nunca antes tantos enfermos no podían pagarse sus
tratamientos, nunca antes las pensiones habían perdido tanto poder adquisitivo,
nunca antes los salarios habían caído tanto, nunca antes el poco empleo que
queda ha sido tan precario, nunca antes se han violado sistemáticamente los
derechos de los ciudadanos, ni nunca se ha privatizado tanto, ni nunca antes la
educación ha pasado por una reforma que no quiere nadie; nunca antes se ha
gobernado con la altanería y desprecio hacia lo distinto a la que ya nos tienen
acostumbrados, nunca antes los ricos han sido tan ricos ni han estado tan
protegidos y los pobres han sido tan pobres y han vivido en una sociedad
artificial, creada por aquellos que los desprecia, que los aparta cual lacra
social, nunca antes se había visto un gobierno tan insensible a las necesidades
sociales, nunca antes habíamos desprotegido tanto a los necesitados, nunca
antes se le había prestado dinero a los bancos cuando debía ser al revés, nunca
antes se ha ayudado tanto a ladrones y corruptos, nunca antes se ha indultado
tanto y tan indiscriminadamente a amigotes y compañeros de corruptelas, ni
nunca antes se ha combatido con tanta fuerza para mantener vivo el espíritu de
sus propios dioses.
Dioses extremófilos que llevaron al mundo a las
grandes guerras de la modernidad, que encerraron en campos de concentración a
todos aquellos que para ellos no eran merecedores de la vida, que masacraron
culturas y etnias, que nos arrastraron a sociedades dominadas por el capital,
insensibles a la miseria y la enfermedad, asesinos y dictadores que repudian lo
distinto y protegen a las élites, que no reconocen al violento mas que en
aquellos que luchan por sus derechos.
Esto es progreso, no hay duda, aunque en sentido
contrario a toda lógica humana.
Son sus propios dioses, adoctrinados hasta el punto
de reconocerse a ellos mismos como lo mejor de este mundo.
En realidad son estúpidos, alzados al poder por una
masa aun mas estúpida, que los adora, los sustenta, les da herramientas y
fuerza social para sus desmanes, los votan y los vuelven a votar,
reconociéndolos como los “salvadores del mundo”, aunque solo se salvan a si
mismos.
Dioses de la malignidad, que a diario ofrendan victimas inocentes en
sus cultos diabólicos al poder para mantenerse en los altares divinos.
Ellos son los “Duros”, los demás, unos
blandengues…Son sus propios dioses...
Jose Ramiro, bloguero
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