Cualquiera que lea el
titulo de este post, pensará seguramente que voy a regodearme en las últimas noticias, en
los últimos rumores, que indican que, con toda probabilidad, Mariano Rajoy es
gay.
Pues no.
Me importa poco la
identidad sexual de este señor (y de cualquier otro señor y señora), y su vida
personal me la trae al pairo.
Poco me importan sus
aventuras de cama o sus amores escondidos, poco me importa que sea verdad o
mentira. En cualquier caso, es su vida, su persona, su intimidad, y ese es un
ámbito en el que ni yo, ni nadie, incluidos los programas basura de las
televisiones "populares" y algún “popular” medio escrito debería
entrar.
Hace algún tiempo, cuando
Felipe de Borbón decidió casarse con una periodista, surgieron voces del fondo
de las cavernas criticando la unión de una persona de sangre azul con una
plebeya, y me importo exactamente lo mismo.
Al príncipe, al Rey, a las
Infantas, al presidente del gobierno o a cualquier otro, mientras lo sean, o
mientras la sociedad les permita mantenerse en esos puestos privilegiados que
les otorga su nacimiento en un caso y las urnas en otro, si hay algo que
exigirles es que se comporten según el papel para ellos reservado, en lo
social, en lo político, en los problemas de España y en su representatividad.
Después, cuando cuelguen
el uniforme de "embajadores de las Españas", de grandes estrategas
políticos, nos la debe refanfinflar, que diría Maria Moliner.
A Rajoy, como presidente
que lo es de todos los españoles, aunque el se niegue a reconocer que solo
gobierna para los que tienen dinero o están a su lado en la derecha de las
derechas, solo hay que pedirle que sea eso, un buen presidente para los
españoles y que cuide del pueblo que le ha encomendado el gobierno de este
país.
No lo está haciendo, y eso
si que es criticable, no el hecho de que posiblemente no haya salido del
armario.
Aunque bien mirado si que
ha salido del armario, aunque de otro armario. Él y otros como él.
Antes de ser elegido
presidente, daba una imagen de señor moderado, tanto en sus formas como en sus
actos, tanto, tanto, que podía llegar a parecer simpático.
Pero un día, las urnas lo
encumbraron al poder de una forma inesperada. Esas elecciones las gano el
partido popular, no por que su proyecto político para el país, (por cierto
incumplido casi en su totalidad, con la excepción de la ley del aborto) ganara
en aquel concurso de votos, sino por que la otra parte, los socialistas que
estaban en el poder habían decepcionado de tal forma a sus votantes que estos decidieron
castigarlos. Fueron los votos de menos del PSOE los que le dieron la victoria,
no los de más del PP (el numero de votos del PP permanece en la practica casi
invariable de una elección a otra).
Históricamente es así. La
derecha, mantiene sus votos cautivados con una forma de gobernar que siempre
favorece al que mas tiene, que hace favores y que no olvida a quien se los
hace, se alimenta de votantes que se dicen liberales pero que no les gusta la
libertad de los que no piensan como ellos, mientras que el voto de izquierdas,
siempre mucho mas crítico, huye del que lo hace mal, castiga con su ausencia a
los que no cumplen con las tareas asignadas por las urnas.
Lo que si me importa, eso
si, es que hayan salido del armario en ese otro sentido, en el ideológico, del
que parecen sentirse menos avergonzados.
Han salido, y con que
fuerza.
Atacando los pilares del
estado del bienestar, destrozando lo público, favoreciendo lo privado. Bajando
las condiciones laborales y salariales de los pocos que mantienen su puesto de
trabajo a niveles de países tercermundistas, han roto la igualdad de
oportunidades entre estudiantes, han hecho desaparecer las políticas de genero,
andan privatizando la sanidad y favoreciendo a empresarios de su corte
político, han llevado a las comunidades a despertarse del sueño español para
cada uno retomar sus sueños independentistas, se han cargado leyes que en
derecho estaban ajustadas y aceptadas por la gran mayoría de españoles y
legislan a golpe de decreto, hacen valer su mayoría parlamentaria tumbando una
y cada una de las propuestas y protestas de todo lo que no huela a bancada
popular, han hecho renacer las dos Españas y a no mucho tardar seremos mas de
dos, están luchando, o eso es lo que parece, para que el terrorismo no
desaparezca del todo y cerrando las fronteras a golpe de cuchillas, han
potenciado las fuerzas represoras del estado y han politizado la justicia de
tal modo que ya dentro quedan pocos hombres justos.
La derechización del
gobierno, de Rajoy y de sus ministros, de fiscales y jueces afines, de
dirigentes policiales y de los tribunales hasta de más alta instancia no puede
traer nada bueno.
El renacer de ideologías
de ultraderecha, incluso dentro de sus filas es un hecho, y vuelven a aparecer
partidos a la derecha de la derecha, como el recién llegado Vox, partido de
Ortega Lara, del que no me cabe duda de su posición política, o de baja
definición, como ciudadanos y otros que no se sabe muy bien donde situarlos,
calcos de UPyD nacidos al calor del hastío de los votantes (aunque yo, si me
preguntaran, también los pondría a la derecha)
Y en la izquierda,
rompiendo la poca e histórica fidelidad del votante hacia partidos concretos,
aparecen espejismos (Podemos, Pablo Iglesias) de partidos que nunca serán algo más que poco o nada, pero
que quitarán unos pocos votos necesarios a una izquierda que si algo necesita
ahora mismo es un atractor común, algo o alguien capaz de reconducirla a
puestos ganadores, alguien o algo, capaz de hacer ver a la gente que no es lo
mismo la izquierda que la derecha, aunque en algunos matices se parezcan.
Las primarias "de
pago" del PSOE no son mas que otro “espejismo democrático” con el que
calmar los ánimos de gentes decepcionadas con los dirigentes actuales, una
especie de "co-pago" para tener derecho a lo que ya nos lo dá la
constitución gratis, que es elegir a nuestros representantes políticos.
Teatro de teatros, políticos
manchados de corrupción que se esconden en los avatares diarios de la nación
para pasar desapercibidos, cual armario donde parapetarse. Disciplina de voto
que rompe el principio democrático de libertad. Teatro para complacientes espectadores.
Más les valdría tocar
suelo, sentir lo que el pueblo, para saber que hacer. Ya vale de comedia, de
risas y de sobres, de sobre sueldos y de escándalos de financiación, de
comisiones y de amiguismo, de dineros en suiza o en paraísos fiscales, de
empresas superpuestas y de dietas y privilegios, de coches oficiales y del batallón
de consejeros que los acompañan, ya basta de decir que España va bien, frase
recursiva de todo el que llega al poder, ya basta de mentir, de destruir
derechos y caminar contra el que te votó, ya basta de contarnos lo mal que está
defender la independencia y de no preocuparse por los dependientes, ya basta de
hacer políticas de genero, de un solo genero, el masculino, ya basta de crear
desigualdades y favorecer el enriquecimiento de los que ya son ricos, ya basta
de atacar al pobre y negarle el sustento básico, los derechos más
fundamentales, de maltratar al enfermo y castigarlo con co-pagos, de dejar sin
sanidad al que huye de la tempestad del
paro e intenta buscarse la vida fuera, de culpar a la inmigración de la falta
de trabajo, de mantener actitudes violentas con los que acaban de renunciar a
la violencia, de negar a los que quieren incorporarse al sistema democrático
cualquier derecho por haber estado fuera del mismo, ya basta de no reconocer la
violencia del régimen anterior, de dejar en las cunetas tantos cadáveres, de no
castigar, aunque sea solo de boquilla y en muchos casos a título póstumo, a los que entonces asesinaron, de favorecer
a la iglesia católica y hacernos comulgar con ruedas de molino.
Ya basta.
Salió del armario Rajoy, y
también una buena parte de los componentes de su partido. Han salido del
armario de la moderación y se han convertido en extremófilos de la derecha.
Siguen dentro del armario
de la corrupción, hasta el punto de que si te aproximas huele desde fuera, son
corruptos y corruptores.
Utilizan la fuerza de la
"familia", como buenos camorristas, para intimidar a los jueces que
los juzgan, desvirtúan el delito de los que les pagan cuando no los indultan y
finalmente reciben de ellos jubilaciones de oro y convierten en delito incluso
la posibilidad de expresarse en libertad, articulan leyes que eliminan derechos
y las hacen nuevas cortando y recortando, nos condenan a vivir supeditados al
pago de una deuda artificial, creada por ellos y ahora pagada por todos, venden
tiempos de bonanza cuando esa bonanza solo esta en las cajas de los grandes
bancos y de las empresas que como ellos se mueven en un mundo diferente, donde
robar no esta penado, sino al contrario, premiado.
Deberíamos salir del
armario de la complacencia, echarnos a la calle todos a una, desmontarles el
garito, expulsarlos de un sistema que solo en la ficción es realmente democrático,
unirnos contra los abusadores de poder, contra los que solo miran hacia arriba,
y siempre que el objetivo este a la derecha.
Deberíamos salir del
armario.
Protestar, luchar…
Ellos han salido. ¿Y
nosotros…?
Jose Ramiro, bloguero
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