En estas fechas, las ong’s
acaparan las puertas de las grandes superficies para llenar cajas y cajas del
limosneo de los españoles.
El objetivo no es otro que el de
garantizar unas mínimas fiestas navideñas (aunque sea con un plato de lentejas
aguadas) a los desamparados por el estado del bienestar 750.000 familias sin ningún
tipo de ingresos en nuestro país, muchas de ellas, ciudadanos de la calle,
durmientes de cajeros automáticos y de colchones de cartón de embalaje.
Los medios de comunicación dedican
minutos en sus informativos a elogiar la enorme solidaridad del pueblo español,
el enorme corazón que late bajo nuestros ropajes de ciudadanos ejemplares.
Hasta la publicidad (Loterías
del Estado) se parapeta tras la irreal bondad de la gente y nos muestra a un
pobre hombre emocionado cuando un camarero de los antiguos le hace entrega de
un décimo premiado… Digo de los antiguos, por que se ve que si fuera mas actual
tendría alguna carrera universitaria terminada (la hostelería es una de las “industrias”
que promociona nuestro gobierno con mas ímpetu y es de las pocas salidas dignas
para nuestros universitarios si no quieren migrar a otros países en busca del
sustento) y no habría elegido elejir en vez de elegir para el menú del día.
Nuestros políticos,
manchados por el enriquecimiento ilícito de muchos de ellos y del encubrimiento
por parte de sus partidos, hablan en los debates de la magnifica solidaridad
del pueblo (que ayuda a mantener sus bolsillos llenos) mientras algunos se
muestran estupefactos (el director de La Razón es uno de los que siempre se
muestra estupefacto sea lo que sea de lo que se hable, salvo que el discurso oído
sea una loa al buen gobierno de Mariano “el rápido”) en las discusiones sobre si
podemos… o no podemos.
Lo cierto, es que, esos políticos, que se muestran como seres
angelicales, revestidos de, probablemente, falsa honestidad y que se reprochan
unos a otros lo mal que lo hizo el anterior y el anterior del anterior, que arguyen
permanentemente el manido “y tu mas”, fueron los que dieron forma a la prioridad
del pago de la deuda y sus intereses por encima de cualquier bien social (Art. 135.3
de la Constitución
Española) y son esos mismos políticos los artífices del
monumental rescate bancario que nos condena a vivir en un retroceso del estado
del bienestar muy por encima de nuestras posibilidades. Todo gracias a
nuestra solidaridad, y de la de nuestros descendientes por un tiempo
probablemente muy largo
Los números más optimistas hablan
de un coste real del rescate bancario que oscilaría entre 84.000 y 100.000
millones de Euros
Si esta descabellada cifra
se repartiera entre esas familias “sin nada” les tocarían mas de 100.000.-€ a
cada una de ellas, y si el
reparto se hiciese entre los más de 4.000.000 de parados, les
tocaría más de 20.000.-€ a cada uno.
La magia de dividir…
Eso si seria solidaridad.
Ya sé que estos repartos son
utópicos, pero si solo una parte del rescate se hubiese dedicado a rescatar a
los que de verdad lo necesitaban, estaríamos hablando de otro país, no de España.
Se mantiene el número de desahucios
y la Banca engorda sus activos con más y más ladrillos.
El Estado, supuestamente
protector de los ciudadanos, facilita a los desahuciados otras viviendas en régimen
de alquiler social mientras el bien desahuciado se subasta en el mercado de ocasión
de las inmobiliarias bancarias. Y me pregunto yo… ¿no seria más solidario
obligar al banco a reestructurar, aun temporalmente, los importes de las
hipotecas y adaptarlos “socialmente” a lo que realmente pueden pagar esas
familias?
Otra utopía…
En cualquier caso, lo que
demuestran estos pequeños ejercicios matemáticos, y estas elucubraciones es que
si se quiere…
Se puede.
Jose Ramiro, Bloguero
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