Hoy, las televisiones de España
no se han cansado de repetir una secuencia en que un policía es derribado al suelo
por algunos manifestantes mientras comentaban el numero de victimas que se habían
producido en los altercados, escondiendo deliberadamente la realidad de que las
victimas se produjeron en las cargas policiales, con sus porras y sus pelotas
de goma…
Hoy, nuestro presidente ha
agradecido su apoyo a la “gran mayoría” de españoles que NO se manifiestan…
Hoy, Cristina Cifuentes y
el Ministro del Interior han alabado la actuación policial de anoche, definiéndola
como medida y proporcionada, justificando así el salvajismo de las cargas que
han sido noticia en el mundo entero, menos como es natural en España
Hoy, nuestros gobernantes,
como de costumbre, se han cubierto de gloria.
Ellos y los medios que les
son afines y desvirtúan la realidad contándonos que en la manifestación de ayer
no había mas de 6000 personas, cuando hasta en la imagen menos favorecedora se
percibe una cantidad inmensamente mayor, y que todo lo iniciaron los violentos
de costumbre…
No cuentan, porque se les vería
el plumero con mucha claridad, que la provocación parte de policías disfrazados
y encapuchados (que posteriormente se unirían al grupo de los represores) y
mezclados con los que pacíficamente piden a los políticos que abandonen, que
nos tienen cansados y necesitamos renovar nuestra constitución, sobre todo,
para evitar en el futuro el abuso desmedido de poder de unos cuantos que se
sienten “elegidos”, elegidos divinos, puestos en ese lugar poderoso por algún
ser supremo que solo existe en sus cabezas; para evitar la sinvergonzonería y su
enriquecimiento ilícito mientras castigan al pueblo a la miseria, el hambre y
las necesidades; para evitar que puedan seguir destrozando los derechos del
pueblo y la dignidad de personas que aun nos queda.
Hoy, de nuevo han dado un
empujoncito al enfrentamiento social, de nuevo distinguen (o eso pretenden)
diferenciar a los que se manifiestan de los que no se manifiestan, a rojos y
azules; hoy, de nuevo quieren traer al presente un pasado de rencillas y de
guerra entre hermanos; de nuevo quieren distinguir dos equipos, los que apoyan
a estos gobernantes nefastos y los que no.
Si en los objetivos de este
gobierno está la confrontación social, el llevarnos de nuevo al caos de un
escenario de guerra civil, poco a poco lo están consiguiendo. Están haciendo
que los ciudadanos empecemos a mirarnos de reojo, con recelo, con ganas de
ubicar al que tenemos enfrente en nuestro equipo o en el contrario…
Ahora, no es una batalla de
rojos contra nacionales, ahora es una guerra del pueblo contra unos mandatarios
déspotas que si que pretenden convertirla en algo más
La nación se destruye, los
medios callan, la gente protesta en las calles, la miseria se hace fuerte, los
recortes siguen de forma imparable y el famoso rescate solo servirá para dar
tranquilidad a los dueños del dinero, no al ciudadano normal, que tras esta,
nunca más podrá recuperar los derechos robados.
Nos robaron la memoria, el
pasado, y ahora nos están robando el presente y el futuro de las generaciones venideras.
Lo quieren todo y se van a
encontrar con todos, con un frente común donde no importan los colores, son los
indignados, los cabreados, los empobrecidos y las victimas de sus abusos, de
sus recortes, de sus leyes malintencionadas; victimas de este gobierno facistoide
que no parará hasta imponer de nuevo los postulados del que todos pensábamos
que ya no volvería. El espíritu del generalísimo se ha apoderado de ellos y son
sus premisas, sus formas de gobernar, las que acechan tras la actitud de esta
gentuza.
Hoy, o más bien ayer, comenzó
la guerra.
Si no nos batimos en
retirada, habremos ganado. Somos muchos. Ellos muy pocos, y aunque sean los
dueños de casi todo…, habrán perdido…
Hoy, de nuevo nos
manifestamos… ¡Qué no pare!!
Jose Ramiro, bloguero
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