Todos hemos tenido alguna
vez un “Casio”, aquellos relojes que llegaban del oriente y que no tenían
saetas, sino una pantalla donde se presentaba la hora de forma digital en lugar
de analógicamente.
El invento, es muy sencillo,
aunque la explicación teórica de su funcionamiento requiere una buena dosis de abstracción,
por lo que intentare describirlo de forma entendible.
En realidad, lo que llamamos
cristal liquido es un conjunto de dos láminas polarizantes invertidas entre si
a 90º, de forma que la luz que llega a ellas, si no es frenada por el primer
polarizador lo será por el segundo, y entre ellas llevan una lámina de un
material que cambia su orientación molecular bajo pequeños pulsos eléctricos,
de forma que cuando no está (esa lámina) energizada, sus moléculas permanecen
alineadas con uno de los dos polarizadores y al energizarlas giran y hacen
girar la luz los grados precisos para que pueda atravesar el segundo
polarizador, de esa manera el conjunto de láminas, alli donde se aplica una
pequeña tensión se hace transparente.
El gracioso invento tiene
multitud de utilidades, aunque la más conocida sea seguramente la de las
pantallas de los relojes mencionados anteriormente. El dibujo de los numeritos
no es más que la forma de los microscópicos electrodos que, adheridos a la capa
de cristal liquido, energizan esas zonas.
Para otras aplicaciones,
este material se puede polarizar en función de la temperatura, consiguiendo así
el cambio de fase de sus moléculas.
Curioso. A veces es transparente
y a veces totalmente opaco. La ventaja es que uno puede decidir cuando una cosa
y cuando la otra.
Incluso manejándolo cuidadosamente,
se le puede hacer pasar por distintas fases de menor a mayor transparencia.
Este principio parece ser el
que se ha aplicado al Portal de la Transparencia del Gobierno de España, donde
la transparencia parece que existe, pero la dificultad de llegar a los datos, el registro obligatorio para
el acceso, con DNIe o Certificado Digital o aportando datos personales “irrelevantes”
para recibir una clave de acceso lo convierte en algo que parece, pero que no
es. Además, asumes el riesgo de que el portal esté “caído” por sobrecarga en
las demandas de acceso o bien que la información que buscas simplemente no
exista, ya que el gobierno ha decidido que solo estarán disponibles los datos a
partir del 2014, nunca anteriores y que la respuesta a tu cuestión sea resuelta
con un mensaje en pantalla que te informe de que “no disponemos de esa información”
Es además un sitio para los
que les gusta “calentarse”. Primero por las dificultades que presenta, segundo
por el léxico administrativo no siempre comprensible que utiliza, y tercero,
porque una vez das con la información que buscas casi con seguridad es una
pasada ver como se gastan nuestros impuestos. Eso calienta a cualquiera…
Salarios altos, dietas y
prebendas incomprensibles, gastos agigantados para una administración que
boquea en lo social, puestos designados a dedo que se cuentan por cientos, con
salarios difícilmente justificables, fundaciones que se lucran con nuestros
fondos, coches oficiales y viajes en primera clase, líneas de teléfono, internet,
smartphones y tablets para que sus señorías jueguen al apalabrados o algo
similar, la certeza de cómo usan las puertas giratorias, los pobres currículos
de algunos de nuestros representantes, las exageradas pensiones que cobran sus señorías
cuando dejan el puesto a la que tiene “derecho” durante dos años, los dinerales
que se reparten entre los partidos para sus… “gastos ordinarios”, la oscuridad
que rodea al CNI, del que no hay información por considerar esos datos como “reservados”,
la misma oscuridad que rodea al patrimonio del estado, difícil de localizar y
sin valores catastrales que nos hagan saber cuanto valen (sobre todo para cuando lo
quieran vender), la nula información sobre las comunidades autonómicas y las
corporaciones locales, la ausencia de informes sobre los anteproyectos de ley, etc.
Si, como el cristal liquido,
a veces transparente y a veces totalmente opaco.
Eso si, cuando quieras una información
de esas que el portal dice que no dispone, se comprometen a facilitártela en el
razonable plazo de un mes, si..., siempre que sea información ya elaborada y que
no se tenga que preparar para tu “amable pedido…”
Es como con la ley de
seguridad ciudadana. Esa normativa represora y castigadora que acaban de
aprobar, como no, con su aplastante mayoría en el parlamento los señores
diputados del PP.
En realidad no es más que
una lámina polarizada que solo deja pasar aquello que no molesta. Si la
protesta es incomoda, pues se polariza con la aplicación de la norma y se
impide. No protestar, No expresarse, No reunirse, devolver a los inmigrantes en
caliente (sobre todo si antes la policía de turno en la frontera lo ha
calentado con esas magnificas porras que portan), escuchar tus llamadas, leer
tus washapp, hurgar en tu correo electrónico, intervenir tu correo postal,
grabar en tu propia casa o en tu oficina sin permiso de ningún juez. Después dirán
que esto no es un estado
policial. Después dirán que las libertades, en este país, se respetan.
Cuando la justicia parece
funcionar, cuando no esta polarizada en el sentido que marcan las saetas que
cruzaban aquel yugo, se ataca de forma disimulada al juez de turno, se le
destituye, pero haciendo ver que es el que no quiere seguir, que por ellos… O como cuando el Fiscal Defensor (Raro, raro, raro...) sugiere que se aplique la "Doctrina Botín" a la Infanta de España y Duquesa de(l) (em) palma (do)...
Pues no, no parece un
accidente, se ve la larga mano (derecha) del régimen (que lo es) manejando los hilos de
este telar…
Estas normas, estos actos,
esta actitud, generan tensión, enorme tensión entre los ciudadanos, pero poca
transparencia. España es cada día un poco más oscura, más opaca…
Jose Ramiro, bloguero
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