No
termino de ver cual es el interés del publico en presenciar los devaneos de la
vida de unos personajes encerrados en una casa, donde casi cualquier cosa puede
pasar, y si no pasa, la productora se encarga de propiciar el momento y las
circunstancias para que pase.
Amoríos
bajo mantas, semidesnudos en las duchas, flirteos a escondidas, discusiones
enconadas, malos y buenos, listos y menos listos, encuentros y desencuentros,
buenos y malos ratos, peleas y reconciliaciones, retos absurdos…
Debo
reconocer que no sé si mi análisis es correcto porque confieso no haber
presenciado ni uno solo de los capítulos de esta larga serie que ocupa ya
varios años en la parrilla televisiva.
En
cualquier caso, si no es así, será algo parecido, seguro. Los guionistas saben
como vender las miserias humanas y el oscuro placer que les reportan a los
televidentes.
En
1949, George Orwell publicó una de sus novelas mas conocidas, (1984), donde genero esa figura hoy tan
conocida del gran hermano, del que todo lo controla, del que todo lo ve, del
que todo lo maneja, el hombre-dios, amo y señor de todos los demás.
No
hay que ser muy suspicaz para ver, de forma extrapolada, como la sociedad en la
que hoy vivimos se asemeja a descrita por Orwell en su novela.
Habla
el autor de un mundo dividido en tres grandes zonas o países (potencias) que
ocupan y controlan la practica totalidad del suelo planetario.
Hoy,
el mundo esta dividido realmente de esa forma. Por una parte los todopoderosos
Estados Unidos y sus aliados europeos, por otra Rusia y los satélites que la
rodean y por otra el creciente poderío asiático.
En
el mundo que describe, existe una organización absolutamente piramidal de la ciudadanía
que se divide en tres grandes grupos. En la cima, esta el circulo interior del
partido único o consejo dirigente (en realidad el gran líder), por debajo, se
establecen los miembros externos o burócratas del estado y en la base, los que
el llamaba Proles, es decir, el
proletariado, la gran masa de personas que con su trabajo mantiene en pie todo
el sistema.
Algo
muy parecido a nuestra sociedad. En la cúspide los políticos, endiosados,
encumbrados en el poder que les da el dinero y las corruptelas, que manejan a
los burócratas, encargados de controlar a la plebe, al pueblo que sustenta todo
el peso de la pirámide con su trabajo y esfuerzo.
Tiene
ese estado ficticio cuatro ministerios que controlan la sociedad, y que en el
idioma oficial (neolengua) son:
- Minimor
- Minipax
- Minidancia
- Miniver
Minimor, o Ministerio del Amor, que se encarga de
administrar los castigos y de la reeducacion de los miembros del partido
inculcando lealtad férrea al líder y a sus ideologías. Algo parecido al Ministerio
de Educación, que prioriza la religión a la educación para la ciudadanía, que
favorece la educación segregada y huye de la libertad de cátedra, y algo
parecido a cuando desde los estamentos políticos nos venden como grandes
verdades las mayores falsedades. Crece el empleo, ya no hay crisis, vamos a
crecer, esto va bien…
Minipax, o Ministerio de la Paz, que se encarga de los
asuntos de guerra. Si no hay guerra, se busca. Si el país esta en conflicto con
el exterior, habrá paz en el interior, aunque sea por miedo a la guerra. En nuestro país,
vemos como desde el gobierno y desde los partidos políticos asentados en el
sistema se habla del miedo a la revolución, de la malignidad de aquellos que
proponen distintas formulas para salir del boquete social en el que nos
hallamos. Con esa difusión del miedo a lo desconocido, pretenden afianzar sus
votos. Esa guerra de ideales es la que afianza fidelidades y posibles alianzas.
En el mundo, procuramos mantener algún conflicto bélico siempre vivo, y si
puede ser, lejos de nuestras tierras. Siempre es la excusa del miedo a ese
enemigo lo que nos une y somete, cuando en realidad, son los intereses económicos
los que declaran las guerras y firman las paces.
Minidancia, o Ministerio de la Abundancia, se encarga de
mantener en su justo punto el umbral de pobreza. Cuantos más pobres en la base,
mas dinero para los de la
cúspide. Igual que nuestros ministerios de economía y
hacienda, que favorecen a los ricos y a los poderosos mientras se merman cada
vez más las capacidades económicas del pueblo.
Miniver, o Ministerio de la Verdad, que se encarga de
difundir la verdad que ellos defienden y de reescribir la historia en función
de la versión oficial que se defiende desde el estado. En España, las trabas a
la ley de memoria histórica y las referencias veladas al caudillo como el
verdadero salvador de la patria esconden un historia escrita por el poder, para
que olvidemos las fosas comunes y el sufrimiento que supuso la guerra civil
para los dos bandos. Cuidado, en los dos bandos murieron inocentes, pero unos
eran partidarios del gobierno electo y los otros unos golpistas, aunque la
historia reescrita no nos lo cuente así.
Dispone
ese estado novelado de una policía del pensamiento, que se preocupa de
cualquier desviación de la doctrina marcada por el consejo dirigente y que
dispone de medios de vigilancia en las calles y las casas, a fin de tener un
absoluto control de las bases
Ahora,
en un paso mas hacia este Gran Hermano que poco a poco va haciéndose presente
en nuestra sociedad, acaban de aprobar una modificación de la ley de
enjuiciamiento criminal que permitirá al Ministro del Interior, sin previa autorización
de ningún juez, la intervención de correspondencia electrónica, los pinchazos telefónicos,
la incautación del correo postal e incluso la grabación de imágenes en sitios
protegidos, como podría ser nuestra propia casa.
En
realidad, esta modificación faculta al ministerio como policía del pensamiento,
ya que ahora, aunque a posteriori deban comunicar a un juez la decisión tomada,
estamos bajo el ojo del Gran Hermano.
Desde
luego, no lo podemos negar, Gran Visionario Orwell…
Jose Ramiro, bloguero
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, critica, difiere, discute. Abierto a todo.