Ferran
Adrià, allá por los 90 empezó a utilizar determinadas técnicas culinarias que
lo llevaron a ser nombrado mejor cocinero del mundo.
Términos
como deconstrucción o esferificación, son parte de su patrimonio personal y de
su legado, donde en una cocina más parecida a un laboratorio que a unos fogones
tradicionales, Adrià aplica estas técnicas consiguiendo efectos y texturas
extrañas que al introducirse en la boca traen el recuerdo, cuando no la
certeza, de estar degustando el plato primigenio.
Sus
técnicas culinarias y novedosas, y por que no decirlo, de autentico éxito
viendo como han proliferado después cocineros de esa maravillosa escuela, se
basan más en la física y la química aplicada a la cocina que al propio arte de
cocinar
En
su restaurante El Bulli (ya cerrado) no todo el mundo ha tenido la suerte de
probar algunos de sus manjares, unos por lejanía, otros por no haber conseguido
plaza, y otros muchos por lo prohibitivo de sus precios. En mi caso concreto,
era más barato volar ida y vuelta hasta allí que el precio del menú
degustación.
No
por ello, dejo de admirar su… “Arte”. Dice Adrià en su libro Los Secretos de El Bulli: "La
deconstrucción en cocina consiste en utilizar (y respetar) armonías ya
conocidas, transformando las texturas de los ingredientes, así como su forma y
temperatura (….) manteniendo cada ingrediente o incluso incrementando la
intensidad de su sabor"
Uno
de sus primeros experimentos fue deconstruir una clásica tortilla de patatas
con cebolla de las que en muchos bares tenemos muestras de distintos diámetros
y alturas.
Una
Tortilla es básicamente huevo, cebolla, patatas y un poco de aceite. El tiempo
en el fuego y el arte de darle la vuelta (a la tortilla) le dará un mejor o
peor aspecto, pero básicamente todas se parecen
Adrià,
en su deconstrucción, puso en una copa de cóctel bien lustrada confitura de
cebolla dorada al fuego, sobre ella colocó un sabayón (crema) de huevo y
finalmente, una espuma de patatas (la clara del huevo mezclada con puré de
patatas llevada a punto de nieve, o bien sifonada).
El
aspecto terminó siendo una exquisitez para la vista con una presentación del clásico
radicalmente diferente, pero al probarlo el sabor era exactamente igual al de
una tortilla de patatas convencional, porque, aun deconstruída, era una
tortilla de patatas, con distinta presentación y texturas, pero con los mismos
ingredientes. Se convirtió después de la deconstrucción en una tortilla de
patatas reconstruida.
La
esferificación es otra de las técnicas muy usadas en restaurantes con
estrellas, y parte de principios similares a la deconstrucción.
Se
trata en definitiva de coger algo licuado (deconstruido), mezclarlo con algún
gelificante de tipo natural, como el alignato sódico, extraído de las algas
pardas y sumergir pequeñas gotas de esta mezcla en una disolución de cloruro cálcico
y agua, y a veces, para conseguir el PH adecuado (lo más cercano a PH 6), se le
añade a esta mezcla citrato de sodio.
Al
entrar en contacto con la disolución, las gotas gelifican su cara más externa
consiguiendo el buscado “efecto caviar” de cualquiera de los sabores
imaginables.
En
Andalucía, Susana Díaz deconstruyó el parlamento con una visión claramente
ganadora. Sabía que el candidato del partido popular no tenía posibilidades, y
al adelantar las elecciones restaba oportunidades a formaciones como Podemos o
Ciudadanos de difundir más la campaña anti-bipartidismo que desde ambos lados
del espectro político defienden.
El
resultado es un placer para la vista, ya que ahora el parlamento se pinta de
cinco colores, y que aun con una gran predominancia del rojo del PSOE y del
azul del PP, aparecen tímidamente representados los colores de IU, hay algo del
naranja de Ciudadanos, y menos de lo esperado del morado de Podemos.
Pero
detrás de toda deconstrucción hay una reconstrucción, una forma de montar el
plato para que al final, aquello que rompimos tome distinta forma aunque en el
fondo sean los mismos sabores.
Cuando
sumamos los cuarenta y siete escaños del PSOE a los treinta y tres del PP el
resultado es de 80 escaños ocupados por los dos partidos que tradicionalmente
se han repartido el parlamento, con lo que resulta que ocupan el 79,4% del mismo,
por tanto, el bipartidismo sigue siendo dominante.
Si
además tenemos en cuenta que los dos partidos que se mueven en la
transversalidad del arriba y el abajo en vez de la derecha o la izquierda,
sabiendo todos que es mentira, y que Podemos es claramente de izquierdas y Ciudadanos
claramente de derechas, las cuentas salen mucho mas definidas
Como
bien que entiendo que el PSOE
dejo la verdadera izquierda hace tiempo y que Ciudadanos es una escisión del PP
o marca blanca, como a algunos les gusta llamarlos, si sumamos a los 47 escaños
del PSOE los 33 del PP y los 9 de Ciudadanos tenemos un resultado de 89 sobre
109 lo que supone el 81,6% de los escaños ocupados por las dos tendencias
defendidas por los bipartidistas. Y si a los 15 de podemos les sumamos los 5 de
IU, tenemos los 20 escaños que la izquierda de verdad alguna vez tuvo en el
parlamento.
Montando
el plato de esta forma, la reconstrucción del parlamento nos da lo mismo que
siempre, una gran victoria del bipartidismo y una escasa representación de la izquierda. Mismos
componentes, distintos coloridos, pero el mismo sabor añejo a partidos anclados
en el pasado y podridos por la corrupción.
El
efecto esferificación se ha conseguido también, y es que estos políticos
nuestros son grandes cocineros. El encapsulamiento de parte de la derecha en Ciudadanos
y de parte de la izquierda en Podemos, nos recuerda ese caviar (en este caso de
zumo de derechas e izquierdas) encapsulados con la gelatina pegajosa de las
distintas siglas.
El
caviar, aunque sea de zumo de naranja, por poner algo económico, sigue siendo
manjar para la casta.
Detrás
de todo esto seguirá la defensa de los corruptos, los escándalos de los ERES,
la financiación en “B” del PP, los sobresueldos, los sobres marrones, los
fondos de los cursos de formación, las puertas giratorias, los pactos de
pasillos, y seguirá la pobreza, los desahucios, los prohibitivos precios de los
elementos de primera necesidad como la luz o el agua, los impuestos especiales
sobre los derivados del petróleo, la negación al sol de ser nuestra tabla de salvación
energética, las tasas judiciales, las injusticias y las dobles varas de medir,
y seguirán las Ong’s repartiendo comida, limosneando a los que el estado les ha
retirado su apoyo, seguirán los sueldos de miseria y los despidos a capricho
del empresario, seguirán moviendo artificialmente las cifras de paro creando un
espejismo ante nuestros ojos de que todo va bien, seguiremos pagando
100.000.000 de euros en intereses todos los días, se seguirá vaciando el fondo
de pensiones y la sanidad ira a peor por mucho que nos cuenten lo contrario,
seguiremos teniendo el problema de la inmigración ilegal, que es la que entra
por barajas con visado de turista, y haciendo devoluciones en caliente en Ceuta
y Melilla, seguiremos mandando a nuestros jóvenes a otros países donde sepan
sacarle provecho a los estudios que todos hemos pagado y seguiremos, sobre todo
en Andalucía, siendo una fabrica de camareros para atender a nuestra principal
y casi única industria que es el turismo, seguiremos bajo el yugo cada vez más
pesado de una Europa que lo único que ha conseguido unificar es la moneda y
donde la integración fiscal, laboral y legislativa no existe. Seguirán funcionando
las sicav tributando al 1% y seguiran fugandose capitales a paraísos fiscales, seguiremos
sin facilidades para conseguir crédito, seguirán los emprendedores pagando
impuestos aunque generen cero ingresos y seguiremos con viviendas vacías y gentes
durmiendo en las calles…
Seguiremos
viendo portadas de la “dictadura democrática venezolana” (ya se que suena raro
pero…) y el gran Felipe González, el que fuera espejo donde nos mirábamos la
gente de izquierdas se va a defender a los opositores de derecha de aquel país
(cierto que fue muy buen “amigo” de Carlos Andrés Pérez, que no era
precisamente de izquierdas cuando Chávez tuvo aquel amago de golpe de estado allá
por el 92), seguirán hablando de la extraña financiación de Podemos y parece
que ahora también de donde proceden los fondos de Ciudadanos mientras hace algún
tiempo el “piloto suicida” del PP (Carromero) llevaba fondos en fajos de
billetes a la oposición cubana no se sabe muy bien para qué ni de donde procedían.
Seguramente de alguno de los agujeros negros que se escondían en Génova…
Mismos
ingredientes.
Lo
montes como lo montes, una tortilla es una tortilla.
Sin
nuevos ingredientes, quedan pocos platos por inventar…
Jose
Ramiro, bloguero
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