jueves, 12 de febrero de 2015

Espectro visible y espectros invisibles



Rojos y azules

Siempre se identifican estos colores como la expresión visual de una identidad política, azules a la derecha y rojos a la izquierda, aunque esa clasificación, originaria según parece de los tiempos de la revolución francesa, en realidad pretendía distinguir a los partidarios de los de sangre azul (reyes y señores de la corte, con sus riquezas y privilegios) de los de sangre roja (el pueblo, siervos de sus señores y que por entonces no tenia nada de soberano).

Es evidente que en su concepción original, no significaba derecha e izquierda sino arriba y abajo, los que mandan y los que obedecen, aunque el paso del tiempo (y la guillotina, que vino a demostrar que la sangre que fluye por nuestras venas es siempre roja, seas del estrato social que seas), ha ido desvirtuando el concepto, relativizándolo a posiciones políticas que hoy poco o nada tienen que ver (salvo honrosas excepciones) con el nacimiento de aquella clasificación.

Hoy, pasados ya tantos años, somos más de utilizar esta clasificación para definir a los que defienden posiciones políticas liberales de los que las defienden más sociales.

Falta el verde, que dentro del espectro político es esencial para conformar un parlamento multicolor, asociándose a ese color a los que defienden políticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente

Estos tres colores, básicos dentro del espectro visible, y convenientemente mezclados en partes iguales, forman la luz blanca. Son colores llamados aditivos, ya que la suma entre ellos y en función de sus proporciones da lugar a cualquier matiz de color que seamos capaces de vislumbrar.

La suma de luz roja y luz azul nos dará el color magenta, la del azul y el verde nos dará el cian y la del verde y el rojo, nos dará el amarillo.

Estos tres colores, magenta, cian y amarillo, se conocen como complementarios o sustractivos.

Si superponemos luces azules y amarillas, que son complementarias entre si, a partes iguales, el resultado será la anulación de la luz. Igual con la mezcla de magenta y verde y de rojo y cian. Las mezclas de colores complementarios se anulan entre si.

Sin embargo, en tramos temporales como en los que vivimos estos meses, donde se ha abierto un periodo electoral que va a empezar en Andalucía y después se extenderá como una mancha de aceite por toda la geografía, las diferencias políticas tienden a diluirse, y en cada partido, en cada formación, se va perdiendo la identidad y el color, ofertando en sus programas mezclas de todos los colores, lo que al final, si las propuestas son aditivas nos llevaran a la luz blanca, a la claridad y si son sustractivas, de nuevo a la oscuridad, a una sociedad sin matices, gris…

Con esto, podemos colorear los nuestros pueblos, nuestras ciudades, nuestras comunidades y nuestra nación políticamente.

A ver, esta claro que el azul (PP) sigue representando las opciones liberales, que el rojo (PSOE, IU…) las sociales y el verde (Los Verdes) las sostenibles, pero cuidado… Como ya hemos visto, la mezcla de rojo y azul forma el magenta (UPyD) y si añadimos un poco más de azul se forma el morado (Podemos, que definitivamente han elegido mal el color que los representa, ¿o no?) El amarillismo de otros (Ciudadanos), siempre ha estado asociado al oportunismo y al aprovechamiento del escándalo (véase como funciona la prensa amarilla), de manera que solo hay que buscar los colores con los que se identifican, aunque sea inconscientemente, los partidos para ver, más o menos de que van…

De nuestros votos depende como pintemos los ayuntamientos y los parlamentos, aunque si es por el color de las ofertas, veremos que todos quieren pintar de blanco, erigiéndose en poseedores de una centralidad política que simplemente, no puede existir, entre otras cosas, porque para conseguir un blanco puro, la mezcla debe estar limpia, y me temo que en muchos de los partidos políticos, y no quiero dar  nombres, hay mucha suciedad, mucha corrupción que lo pinta todo de gris oscuro, prácticamente negro… La más pequeña descompensación en la potencia de los haces de colores teñirán de algún color nuestro futuro a corto plazo

Pero quería yo hablar de otro color, el cian, o mas conocido por verde-mar, aunque bien se podría llamar azul-cielo, ya que el color del mar es reflejo de la brillante  atmosfera azulada que envuelve nuestra tierra (en realidad mezcla de azul y verde en distintas proporciones)

Es el color que pinta el mediterráneo.

Frontera natural entre Europa y África, es poco más que un gran lago que conecta con los grandes océanos vía canal de Suez y estrecho de Gibraltar.

La tectónica de placas, teoría según la que los continentes flotan sobre un mar de magma y se mueven constantemente unos con respecto a otros, podría en el futuro convertir esta idea de gran lago en realidad, cerrando los dos estrechos pasos que lo comunican con el exterior.

Descubriríamos con el tiempo como el calor del sol terminaría desecándolo, convirtiéndolo en un enorme erial de sal, y bajo esa inmensa salina encontraríamos la mayor fosa común que seamos capaces de imaginar.

Diariamente, oímos como lanchas de juguete, pateras pensadas para el costeo, cayucos y balsas, detritus de antiguos y oxidados cargueros y pesqueros abandonados ya en su último viaje, abarrotados de gentes del sur, viajando en montonera, mujeres, hombres y niños y niñas, emprenden un último viaje hacia la esperanza como único destino, donde infinidad de ellos mueren de frío y  hambre, deshidratados y quemados por el abrasante sol o simplemente ahogados en una loca travesía hacia el primer mundo. (Otra extraña clasificación, estando probado que la humanidad nació en África, por lo que el primer mundo es aquel. Este, fue el segundo que conquistaron aquellos primeros humanos).

Miles (¿millones tal vez?) de cadáveres siembran las fosas abisales de ese nuestro precioso mar, mientras aquí, nórdicos y nacionales disfrutamos de paradisíacas playas, en el segundo mundo, que es el primero, y nos damos palmaditas en la espalda cada vez que rescatamos algunas de esas vidas condenadas a perderse.

Mientras tanto, llenamos nuestras fronteras de operativos destinados a no dejarlos salir del gran corral que es ese tercer mundo, nos preocupamos de que en sus países de origen gobiernen dictadores que nos vendan sus riquezas, llenamos las finas líneas que nos separan con concertinas, espinos y agentes de la autoridad dispuestos a matar al valiente que las supere, devolvemos de manera fría (aunque lo llamen devoluciones en caliente) y desconsiderada al que solo viene buscando ayuda, esquilmamos sus riquezas y dejamos que en origen proliferen las enfermedades y la miseria, y nos vamos diferenciando cada vez  más unos de otros, pintamos nuestra sangre de azul mientras derramamos la suya, que es roja. Roja probablemente por la indignación de estar condenados en vida a una muerte segura. ¿Nos extrañará si algún día sacan la guillotina a la calle?

Enorme fosa común de muertos sin nombre, cebo para los bancos de peces que se alimentan de su carroña y que nos servirán de alimento en el futuro, de gente que en vida solo aspiraba a… seguir viviendo, y que terminan sus días ocultos bajo un inmenso y frío sudario de agua salada, dando forma, poco a poco al mayor osario del mundo.

Hay muertos y muertos.

Los hay que descansan en placidos cementerios con sus tumbas osarios y columbarios bien iluminados y adornados con frescas flores y los hay que descansan para siempre bajo las tranquilas pero siempre turbias aguas mediterráneas, en un lugar siempre lleno de sombras, frío y sin adornos ni homenajes.

Estos, forman el mayor ejército conocido de espectros invisibles...

Jose Ramiro, bloguero

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