jueves, 14 de junio de 2012

Profundo pozo para salir de él


Es habitual durante las campañas electorales, mentir, aunque sea un poquito, para convencer al electorado de que nuestra opción es la mejor y más deseable para los próximos años.

El Partido Popular, cumpliendo con esa norma no escrita, no paro de decir en campaña que toda la culpa de lo mal que nos iba era de Zapatero y su gobierno, prometiéndonos la “salvación” y contándonos que con ellos, todo iría bien.

Con ellos, sacar a España del bache, sería un juego de niños.

Tanto es así, y tanto confiaban en sus capacidades, que Cristóbal Montoro llegó a pedir a la gente de Coalición Canaria que dejaran hundir España, que ellos ya la sacarían a flote.

Luego, estaban tan convencidos de lo que nos decían, que no podemos considerar sus mentiras como grandes mentiras, sino como mentirijillas. Como todos en campaña…

Los “salvadores” de España, no tenían el suficiente conocimiento de la herencia que iban a recibir.

Una herencia, que no viene de Zapatero, no.

Todos nuestros problemas empiezan cuando un gobierno de derechas que tuvimos, el de Aznar, en lugar de preocuparse, en buenos momentos para el crecimiento, de potenciar un tejido industrial fuerte y robusto que se convirtiera en el verdadero motor de España, aposto por el ladrillo.

Los bancos, involucrados en esa ola de crecimiento, apostaron a lo mismo, potenciando a un sector, que tenia un techo perfectamente visible a futuro, y que todos sabíamos, (bueno, todos no, Aznar no lo sabia, no quiso verlo, o no supo) que llegaría al final a lo que ha llegado.

En zonas cercanas a mi vivienda habitual, se llegaron a construir en poco tiempo 25.000 viviendas nuevas, en una zona con un crecimiento razonable, pero que de ninguna forma podía “comprar” esa enorme oferta.

Esa herencia la recibió Zapatero, que no quiso, o no supo ponerle fin a ese despropósito, y siguió apostando a lo mismo.

Eso y su empeño en negar una crisis que ya daba sus primeros latidos bajo su mandato, no ayudo a tomar las medidas necesarias.

Después llego Rajoy, ese presidente que poca gente ha visto desde que llego a la Moncloa, y que traía debajo del brazo la solución inmediata a todos nuestros problemas.

Nos sacaría de las escandalosas cifras de paro, activaría los motores económicos de España, ayudaría a los emprendedores, terminaría con la precariedad en todos los sentidos, no nos subiría los impuestos, mejoraría nuestra imagen en el exterior, y todo iría como la seda…

El tiempo, confirmó lo que todos los especialistas sabían.

El sistema se hizo insostenible, las bancos cargados de ladrillos, las familias endeudadas, caída del consumo, aumento del paro, números rojos en la banca, menor solvencia del país.

Mientras tanto, los políticos de turno, anclados en la grandeza que da la bonanza económica, gastando (y muchos, muchísimos, robando) a manos llenas.

No es criticable que un político, endeude su ayuntamiento o su comunidad para garantizar el bienestar y los servicios sociales de sus ciudadanos, pero errores del tipo, “vamos a poner un aeropuerto aquí, que el vecino ya lo tiene”, o “el ave, que pare en la puerta de nuestra casa” no benefician a nadie, y perjudican al estado en general.

Si unimos los altísimos niveles de corrupción que nos rodea, (dicen que un político de cada cinco del PP esta incurso en algún caso de corrupción, y probablemente sea un de cada cinco de cualquier clase política) pues tenemos un país en la ruina, y donde los privilegios y chapuzas de las administraciones de turno prevalecen por encima del bien de los ciudadanos.

Casos como el del Presidente del CGPJ Carlos Divar, que no será delito, pero es, además de injusto, socialmente inaceptable, casos como los ejecutivos de banca retirados con indemnizaciones millonarias, casos como el enjuiciamiento del Garzón o la libertad de Correa (auque sea provisional), casos como la negativa persistente del gobierno (y en parte de la oposición) a que se investiguen los casos escandalosos que se están dando en la banca, la administración  y en el sector publico, la implicación de la Casa Real en asuntos turbios, y muchos más, unidos a la postura altiva y orgullosa de un Presidente que ya no lo es de los españoles, las mentiras constantes del mismo y de sus ministros, la afirmación permanente y altiva de que “saben lo que hacen”, el echar balones fuera y decir que la culpa de lo que nos pasa la tienen otros, cambiar el lenguaje y no llamar a las cosas por su nombre, mantener un gobierno de pacotilla que es hoy por hoy el hazmerreír de Europa cuando no del resto del mundo, decir hoy una cosa y mañana todo lo contrario, negar la información a los ciudadanos, perder el tiempo (y el dinero) en debates inútiles e imposibles, hacen que esto cada día vaya a peor.

No recuerdo, en lo que llevamos de democracia, tanto malestar social, tanta incomodad en las calles, tanta “revolución” popular, tanta protesta ni tanto descontento.

Las cifras de paro: desmesuradas. La educación: tercermundista. La sanidad: elitista. Los desahucios: todos los días. Los bancos: en peligro de quiebra…

A nuestros políticos les falta algo que no se como definir. ¿Honorabilidad?, ¿Sensatez?, ¿Cordura?, ¿Conocimiento?, ¿Pisar el suelo?...

Vivimos unos momentos como para hablar de unidad nacional, pero si no son capaces… lo lógico, es dar la voz al Pueblo.

Que sea el Pueblo el que marque el rumbo que debe tomar este país, y no unos representantes que ya no nos representan. Ni el gobierno está gobernando para sus ciudadanos, ni la oposición esta “oponiéndose” a la forma aberrante de gobernar de los de turno.

Hoy, la bolsa a niveles de hace años, la prima de riesgo en niveles donde ya no llega la cuerda que la amarra al suelo, la rentabilidad del bono a diez años como nunca de alta, una línea de crédito multimillonaria para los bancos (garantizada por el gobierno) que terminaremos pagando todos…

Renovemos nuestra democracia, para el pueblo y desde el pueblo.

Están provocando, (y no hablo de estos, hablo de todos, unos por activa y otros por pasiva) con nuestros votos, el peor de los escenarios posibles. España, no está al borde del abismo. España se ha despeñado…

Jose Ramiro, bloguero

3 comentarios:

  1. Antes de las elecciones, algun@s ya luchábamos, pero ni la prensa quería darnos un titular, también estaban comprados. Hoy, la solución solo podría pasar por el sublevamiento del pueblo en general. Sin banderas, es decir sin la de España. España es su pueblo trabajador, no caben especuladores, rateros de corbata, usureros, ni la iglesia. Así, que ciertamente esto no tiene arreglo.

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  2. Si, como tu bien dices, la sublevación.Hay que exigir que se vayan y dejen paso a una clase política" limpia y honesta.

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  3. Suscribo totalmente el artículo profundo pozo para salir de él.Comparto que el pueblo debe articular los mecanismos hacia la democracia real, estableciendo los controles populares que impidan las situaciones de corrupción que tenemos hoy en España. Carmen.

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