lunes, 23 de julio de 2012

Deconstruyendo España…


España es el país del buen comer y el buen beber. No hay turista (ni extranjero ni español) que no lo reconozca.

No hay región de  nuestra geografía que no nos sorprenda con exquisiteces culinarias de la zona y caldos de aroma y sabor inconmensurable.

Cuna de grandes cocineros, como Ferran Adrià (El Bulli) Martín Barasategui o Dani García, por mencionar algunos, están presente en las mejores guías desde hace años, y ensalzan sus restaurantes con estrellas y otros galardones culinarios.

Un caso a distinguir entre ellos, es el ya mencionado Adrià, cocinero de laboratorio y científico de la cocina, que ha desarrollado un método innovador y a todas luces sorprendente, donde jugando con las texturas y la presentación de los alimentos, consigue convertir el plato más llano y popular en uno de alta cocina, exquisito, de textura y colorido sorprendente, pero caro… y no al alcance de cualquier bolsillo…

Le llama él a esta técnica la de la “deconstrucción” de los alimentos.

Esto de la deconstrucción, que parece complicado, además lo es. Se trata de coger un plato, digamos vulgar y convertirlo casi por arte de magia (ciencia diría él) en algo nunca visto, sorpresivo, espeluznantemente apetitoso y que presenta a la vista la apariencia de un óleo con una naturaleza muerta digno de estar en el mejor museo.

En definitiva, pongamos por ejemplo un buen gazpacho andaluz, que por su simplicidad será fácil de explicar. Debo decir que a partir de aquí, cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia…

Una vez que tenemos los ingredientes, tomates, pepinos, pimientos, ajo…, en lugar de mezclarlos entre ellos para conseguir ese plato esperado, de temporada veraniega, fresco, lleno de sensaciones y de sabores, dejémoslos separados. Batamos cada uno de ellos y coloquémoslos en el recipiente adecuado, formando capas de color, de manera que no se mezclen entre si, con sumo cuidado. Con uno de los ingredientes, haremos una suspensión, gota a gota, en nitrógeno líquido, para conseguir “esferizar” el componente, que posteriormente dejaremos caer con muchísima delicadeza sobre las capas de batidos de verduras bien condimentadas que ya tenemos en el recipiente. Puede acompañarse de un poco de serrín de un buen Jabugo y algo de pan triturado, dibujando en la base del contenedor alguna figura inspirativa, y darle un toque de color con una guarnición de yemas de huevo de codorniz bien picadas.

Esto, es un gazpacho también. Tiene todos los ingredientes y los condimentos habituales, y el simple gesto de un genio, lo convierte en un espectacular plato.

Es una fantasía este gazpacho, pero estoy seguro que el maestro deconstructor podría haberlo imaginado así.

España está llena de genios. Y de maestros deconstructores.

Tenemos un buen ejemplo en nuestro gobierno, que viernes tras viernes, entran en ese portentoso laboratorio que llaman consejo de ministros y van, poco a poco, deconstruyendo la democracia, separando sus ingredientes y mezclándolos en una confusa masa donde ya ha perdido toda su esencia.

Allí es donde se cocinan las grandes ideas de estos genios.

Allí es donde se descompone cada ley, cada derecho y nos lo devuelven en capas y trozos irreconocibles.

Allí se entretienen en inventar nuevos menús para un pueblo que, según ellos, ha comido demasiado.

Allí desarrollan nuevas técnicas de presentación de medidas indisfrazables.

Allí, le van dando a nuestra constitución y nuestro marco legal los retoques de genio torpe que terminan por destruir más que deconstruir todo lo que tocan.

No son platos de buen gusto los que allí preparan…

Consecuencia de esta deconstrucción masIVA (permitidme la ironía) a la que nos están sometiendo, es que en la Unión Europea se están preparando para enviarnos 67.000.000 kg de alimentos. Y es que empezamos a no poder pagar los precios que impone una deconstrucción tan severa.

Ya somos un país pobre, necesitado del altruismo de los demás para poder sobrevivir...

Claro, que este tipo de negocios dedicados a la deconstrucción (y en muchos casos seguro que en algún momento también a la construcción, o a la financiación de la misma) siempre tendrán clientes.

Son los que pueden pagar sin problemas la degustación que nos ofrecen.

Siempre habrá quien pueda pagar caros colegios y universidades privadas.

Siempre habrá quien pueda permitirse el lujo de tratarse un cáncer en Estados Unidos.

Siempre habrá gente que tenga servicio en casa para ayudar con los niños y el abuelo.

Siempre habrá quien pueda llenar los depósitos de gasolina (de la cara) de sus numerosos vehículos.

Siempre habrá quien pueda permitirse, en un acto de hipocresía infinito, pagar un aborto en Londres.

Siempre habrá quien pueda recurrir a dineros libres de impuestos guardados en paraísos fiscales o mas lamentablemente en las famosas SICAV.

Siempre habrá a quien no le importa que se pierdan los derechos de muchos cuando sus privilegios están bien amarrados.

Siempre habrá gente, que aun no pudiendo permitirse nada de esto, sigan diciendo que los del laboratorio son unos grandes cocineros, que gustos hay para todo.

Grandes maestros, que parecen haber estudiado en El Bulli, pero no. No tienen ni idea de cómo confeccionar ni el más simple de los gazpachos.

Solo saben encender el fuego. Maestros de fogones…

Jugando con fuego, hasta el mejor de los cocineros, alguna vez se termina quemando…

Jose Ramiro, bloguero



1 comentario:

  1. HABER SI DEJA D PREPARA TAN "RICOS" PLATOS, Q COMO TÚ BIEN DICES SÓN PARA ELLOS Y SU ENTORNO Y EMPIEZAN A PREPAR PLATOS PARA Q COMA EL "PUEBLO"...............

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