sábado, 28 de julio de 2012

El inocente y el obediente


Ayer, María Dolores de Cospedal, en enfrentamiento verbal con un “súbdito” rebatió lo desmesurado de su sueldo, no con alguna razón de peso como podría ser “es que trabajo mucho” sino con un agresivo “pues el anterior ganaba más”

No es que sea mentira, pero la señora de Cospedal, además de mantener varios salarios públicos que le pagamos entre todos, no hace ni un simple gesto que justifique tan grandes emolumentos, ni que justifique el mantenimiento de ellos.

Y es que el dinero, siempre mal consejero, la lleva, ante la falta de argumentos, a defenderse con un buen ataque  en vez de con una buena razón…

Debió sentirse satisfecha tras tan fantástica pugna y continuó su camino con su cabeza bien levantada, mirando a los espectadores con ese gesto altivo que la caracteriza y esa media sonrisa de saberse poderosa.

Gana mucho dinero, vive en una mansión palaciega, su marido está bien “colocado” y sus huestes (hasta seis policías a veces) la protegen del vulgo.

Se sabe poderosa. Cierra colegios y camas hospitalarias, despide interinos y funcionarios, desinvierte en su región y privatiza lo que toca. Los reyezuelos, siempre han llenado de prebendas a su corte…

Hay un pasaje bíblico espeluznante, donde el Dios que todo lo puede, en un acto de retorcida intención, le pide a Abraham la vida de su hijo. La fe, el fanatismo desmedido que fomentan las creencias en los todopoderosos, hizo que Abraham tomara a su hijo e iniciase un tortuoso camino hacia la zona indicada por su señor, donde asumiendo la orden divina, elevó un altar y depositó allí a su hijo. Mirando al cielo  levantó el cuchillo para degollar al cordero sagrado representado por la carne de su carne, quien, en un acto de sumisión terrible, aceptando su destino, levantó la cabeza para facilitar a su padre tan sagrada tarea…

Dios, se debió sentir orgulloso del poder que tenia sobre Abraham y su descendencia, y en su bondad infinita, solo unos segundos antes de que el cuchillo penetrara en el cuello del sacrificado, mandó unos ángeles que detuvieron el crimen antes de la consumación.

Debió sentir el ser divino un placer enorme al ver la obediencia, rayana en la estupidez, de los hombres hacia él.

Han pasado unos miles de años, pero los fanatismos y la obediencia al todo poderoso sigue intacta.

Ha cambiado y mutado el dios de entonces por otro que cruje entre las manos de los poderosos y tintinea en las cajas de caudales.

Los que creen en ese Dios, se sienten pletóricos de poder, y lo tienen.

Y como aquel antiguo Dios de Abraham, se regodean y se placen de la estupidez del hombre.

En estos momentos, tienen muchos altares elevados por toda la tierra donde diariamente se consuman sacrificios, quizás menos cruentos y más sutiles, pero sacrificios, de una buena parte de la humanidad.

Sacrificios con un único fin, agradar a su dios y lucrarse en él.

La esclavitud infantil en las fabricas de Asia y África, la explotación sin limites en las minas de diamantes, el robo de niños y el trafico de órganos, la droga y las armas, las guerras y el hambre, la pobreza y la enfermedad, la prostitución infantil y las redes de pederastia, son sacrificios modernos en pago al poder divino de ese apestoso dios que es el dinero.

La avaricia que desprende la posesión desmedida de tal bien, nos pide sacrificios a toda la humanidad.

La capa de ozono, el deshielo del ártico, la pesca de ballenas, la explotación de recursos naturales ya casi inexistentes, la industria farmacéutica, la deforestación de los bosques y las selvas, la extinción de las especies, el maltrato animal y el racismo, la homofobia, la contaminación, el desprecio hacia nuestro bien más preciado, el agua…

La agresividad y el miedo. El poder y la debilidad. El dinero y la pobreza

Somos conscientes del horror de los combustibles fósiles, pero se prima su consumo y se expolian los últimos yacimientos existentes…

Somos conscientes del trabajo infantil, pero se prima su existencia comprando a precios inalcanzables con una mano de obra adulta y salarios razonables…

Somos conscientes de los paraísos de turismo sexual donde se prostituyen niñas y niños que nunca llegaran a ser mujeres ni hombres, pero se permiten las agencias que organizan este tipo de viajes.

Somos conscientes del esclavismo del hombre por el hombre, pero quién no pondría un diamante en su vida…

Somos conscientes del dolor animal en laboratorios y granjas dedicadas a la peletería pero quién no se compraría un buen abrigo de piel o una fantástica crema antiarrugas…

Somos conscientes del deterioro del agua, pero quién la cuida…

Somos conscientes de la degradación de nuestra atmósfera, pero quien no usa su coche o busca la eficiencia energética…

Somos conscientes de la “teórica” igualdad entre humanos, pero siguiendo siniestras órdenes nos enfrentamos en batallas donde el único ganador es el que vende las armas y roba los recursos de los países masacrados

La defensa de los intereses de unos pocos, aunque cueste la vida de muchos…

Estamos matando la Tierra, y con ella el futuro del homínido que una vez se puso en pie y se convirtió en amo y señor del mundo.

Mal amo, vendido al Dios Dinero, que no entiende de banalidades. Solo quiere crecer y crecer…

Y crece…

Haría falta todo un batallón de Ángeles Vengadores, que espada de fuego en mano, fueran capaces de derrotar a ese Dios, perverso y maligno, asentado entre nosotros.

Es el verdadero Diablo…

Y todos somos responsables de su existencia al ansiarlo y adorarlo. Somos quienes lo invocamos y lo hicimos reinar. Somos los corderos de sus sacrificios…

Jose Ramiro, bloguero.

4 comentarios:

  1. Tienes razon.

    El problema es que cada 4 años votamos, y lo hacemos a listas cerradas. Votamos a un partido o unas siglas, y ellos deciden a quien poner y a quien no.

    En el fondo todos son profesionales de la politica (viven de eso), y pretenden ocupar cualquier a de los cargos que el partido les ofrece. Si dañan la imagen del partido son apartados a otros puestos menos notables, pero el propio partido esta supeditado a sus decisiones, pues no olvidemos que en sus feudos respectivos aportan votos.

    Faltaria alguien con valor, que desarrollase alguna ley que permitiese que a voluntad del pueblo un servidor publico dejase de serlo.

    Pero eso seria caabar su propia tumba.

    Julio-

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  2. Como siempre un magnifico Rlato............@jatlanomm

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  3. Tienes toda la razón, es más, la tienes con contundencia de peso, de todo el peso del que somos capaces de permitir los humanos en general.
    Somos conscientes, cabal e ignominiosamente de todos los atropellos que ocasionamos con nuestro pasotismo, o, peor aún, con nuestro consentimiento.
    Enhorabuena por este grito de alarma tan necesario.
    Un beso

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  4. Gracias. Excelente, me repito, pero es lo que pienso. Carmen @Mamenpg_

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