viernes, 29 de noviembre de 2013

Los dioses impropios



Johann Christoph Friedrich Schiller, (10/11/1759 – 9/05/1805) fue un dramaturgo, poeta, filosofo e historiador alemán, que acuño la frase: “contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano”.

En esta sintética frase, se inspiró uno de los autores de ficción científica más populares de todos los tiempos, y uno de mis preferidos, Isaac Asimov, para escribir una de sus novelas mas famosas  -Los propios dioses-, premiada con los premios Hugo, Locus y Nébula, y que originalmente se publico en tres partes, para posteriormente refundir los textos y dar forma a la obra final.

La segunda parte de la obra, que da titulo a la novela, nos viene a situar en un mundo de un universo paralelo al nuestro donde habitan dos formas de vida alienígena (alienígenas desde nuestro punto de vista, para ellos, los alienígenas sin duda seriamos nosotros).

Una de las formas de vida (los Blandos), esta formada por seres de tres sexos diferentes, y por si esto no creara suficiente confusión, su forma de vida es etérea, incorporal… Se alimentan de energía y se diferencian en tres entidades bien diferenciadas, la racional (izquierda), la paternal (derecha) y la emocional (centro), que cuando se unen temporalmente los tres en esos fugaces e impalpables actos sexuales, configuran temporalmente un ser material llamado “Duro” que es la otra forma de vida de su universo.
  “Los Duros” son los que, gracias a su materialidad, pueden interactuar con la materia y la naturaleza para fines concretos, como conseguir alimento (energía) o manejar tecnologías.

Estos seres Duros, son los que ofrecen una alternativa viable de supervivencia a los habitantes de su mundo, “robando” energía (alimento) de un universo paralelo (el nuestro), aunque sea a cambio del exterminio de la vida en nuestro universo.

Un ser Blando, para más señas del tipo emocional, descubre lo que están haciendo y en su lucha contra los Duros y contra el exterminio programado de nuestro universo, prácticamente pierde la vida.

La unión sexual permanente con dos compañeros de lucha, uno racional y otro paternal, animados por el hecho de salvarle la existencia, termina conformando un ser Duro, material, que dará lugar a un nuevo líder en la lucha por conseguir la energía de nuestro universo. Paradojas de la vida, que demuestra que la unión de lo bueno no siempre da un buen resultado.

En la tercera parte, existe un final feliz, pero mejor, si no lo habéis leído, que lo leáis.

En  realidad, toda esta perorata, solo me sirve para destacar como las creencias religiosas y políticas terminan casi siempre en estupidez , en actos de reconocimiento de “los propios dioses”, como la ficticia unión de derecha e izquierda que encierran las personas, del paternalismo y la racionalidad da como resultado seres incompletos, faltos de algo que llamamos “humanidad”, seres vanidosos, que a falta de la sensibilidad que otorga la parte emocional se conforman en sus propios dioses, que se auto adoran y enaltecen como si la poca razón que poseen fuese la única.

El ejemplo mas claro de todo esto que antecede, es nuestra mal hallada Ana Botella, que en un acto de irracionalidad política sin precedentes, en adoración de sus propios dioses, se atreve a decir públicamente que “la ideología del PP ha traído el mayor progreso a la humanidad”. Fin de la cita...

Es cierto que nadie les puede discutir que “la humanidad” al menos en la edad moderna, ha progresado hacia un escenario que ellos tienen claro que es el que desean para los “seres Blandos” que somos todos aquellos que, llevados por nuestra parte mas racional y emocional, creemos que otras formas son posibles, que el altruismo y la colaboración son necesarios para la convivencia, que no adoramos a nuestros propios dioses sino que les damos un papel secundario en nuestro ser mientras el respeto se abre camino en nuestras vidas.

Nadie puede negar que hayamos progresado en estos pocos años que llevan en el poder “los Duros”.

Nunca antes las cifras de desempleo habían llegado tan altas, nunca antes encontrábamos tanta gente rebuscando restos en los contenedores de basura, nunca antes tantos enfermos no podían pagarse sus tratamientos, nunca antes las pensiones habían perdido tanto poder adquisitivo, nunca antes los salarios habían caído tanto, nunca antes el poco empleo que queda ha sido tan precario, nunca antes se han violado sistemáticamente los derechos de los ciudadanos, ni nunca se ha privatizado tanto, ni nunca antes la educación ha pasado por una reforma que no quiere nadie; nunca antes se ha gobernado con la altanería y desprecio hacia lo distinto a la que ya nos tienen acostumbrados, nunca antes los ricos han sido tan ricos ni han estado tan protegidos y los pobres han sido tan pobres y han vivido en una sociedad artificial, creada por aquellos que los desprecia, que los aparta cual lacra social, nunca antes se había visto un gobierno tan insensible a las necesidades sociales, nunca antes habíamos desprotegido tanto a los necesitados, nunca antes se le había prestado dinero a los bancos cuando debía ser al revés, nunca antes se ha ayudado tanto a ladrones y corruptos, nunca antes se ha indultado tanto y tan indiscriminadamente a amigotes y compañeros de corruptelas, ni nunca antes se ha combatido con tanta fuerza para mantener vivo el espíritu de sus propios dioses.

Dioses extremófilos que llevaron al mundo a las grandes guerras de la modernidad, que encerraron en campos de concentración a todos aquellos que para ellos no eran merecedores de la vida, que masacraron culturas y etnias, que nos arrastraron a sociedades dominadas por el capital, insensibles a la miseria y la enfermedad, asesinos y dictadores que repudian lo distinto y protegen a las élites, que no reconocen al violento mas que en aquellos que luchan por sus derechos.

Esto es progreso, no hay duda, aunque en sentido contrario a toda lógica humana.

Son sus propios dioses, adoctrinados hasta el punto de reconocerse a ellos mismos como lo mejor de este mundo.

En realidad son estúpidos, alzados al poder por una masa aun mas estúpida, que los adora, los sustenta, les da herramientas y fuerza social para sus desmanes, los votan y los vuelven a votar, reconociéndolos como los “salvadores del mundo”, aunque solo se salvan a si mismos. 

Dioses de la malignidad, que a diario ofrendan victimas inocentes en sus cultos diabólicos al poder para mantenerse en los altares divinos.

Ellos son los “Duros”, los demás, unos blandengues…Son sus propios dioses...

Jose Ramiro, bloguero

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