miércoles, 4 de diciembre de 2013

Esto es lo que hay


No hace muchos meses, leía en una de esas noticias de despiporre, que una Sra., gallega para más señas, ya se sabe que los gallegos son muy emprendedores, había "inmatriculado" el Sol.

Al más puro estilo de la santa iglesia católica, apostólica y romana, había decidido que como el sol no era de nadie, pues lo ponía a su nombre, y a futuro, seguro que lo podría vender en pequeños trozos.

Error. El sol ya tiene dueños, y no han pagado nada por él. Las grandes energéticas son sus dueños legales, al menos aquí en España.

Es uno de los regalos, uno más, que les han hecho sus amigos los políticos.

Les han regalado el sol, como antes les regalaron los ríos y grandes pantanos, como el aire que mueve esos aerogeneradores que pueblan nuestras sierras y nuestras costas, les han regalado el subsuelo para que con técnicas de fracking extraigan hasta la última gota de gas refugiada entre las rocas que le dan sustento a nuestras tierras.

Y es que de bien nacido es ser agradecido...

Los políticos y ex-políticos pululan por los consejos de administración de estas enormes empresas cobrando sueldos que rondan los 100.000.-€, no por aconsejar ni asesorar, sino en agradecimiento por tan hermosos y productivos regalos. Con esos cien mil eurazos, comerían veinte familias a razón de la limosna estatal de 426.-€ y si multiplicamos esta cifra por el numero de des-consejeros e in-asesores que pueblan esos grandes salones donde de vez en cuando se reúnen para agradecerse los mutuos favores, un numero importante de los que no tienen nada, al menos, sobrevivirían en este puto país (¡huy!, acabo de ofender a España, espero que esto no lo lea uno de esos nuevos jueces-policías que me podría sancionar directamente con 30.000,00.-€ que no poseo).

Las energías en este país, en base a un supuesto déficit tarifario generado entre los costes reales de producción y los que se repercuten directamente al consumidor, o al menos eso es lo que nos cuentan, son las más caras de nuestro entorno.

Nos hacen pagar en función de unas subastas energéticas donde los que venden son los mismos que compran, con el único fin de encarecer, que no de abaratar, el costo final que todos, sin distinción, soportamos.

Bueno, todos no, ya que los grandes consumidores, los que realmente derrochan la cara energía que producimos, esos la pagan mas barata en base a acuerdos puntuales con las eléctricas, y es que es razonable, los grandes consumidores, por definición grandes empresas, aun siendo pocas en este país, son también terreno de asilo de políticos, familiares de políticos y allegados a esos mismos políticos.

Dicen cobrar por el asesoramiento, pero en realidad, cobran por presionar al gobierno de turno, cuando no directamente desde dentro, para que favorezca a las productoras, solo por eso y por mediar, en base a las informaciones privilegiadas que manejan, en grandes acuerdos internacionales.

Un verdadero chollo.

Nos roban hasta el aire que respiramos, la luz que nos ilumina, la fuerza que arrastran nuestros ríos (¿o no son nuestros?), el poder del átomo, la enorme botella de butano que subyace bajo nuestros pies y la empaquetan adecuadamente rodeándola de grandes lazos purpúreos para entregársela en bandeja de plata a usureros que solo ven en ese robo el gran negocio de las energías.

Han comprado el sol, y a no mucho tardar, cada rayo del astro rey se venderá a precio de oro.

Han comprado el aire, y sin un Don Quijote que reconozca a los gigantes escondidos detrás de esos modernos molinos, nos lo venderán a precio de oxigeno embotellado.

Han comprado las aguas de nuestros ríos y nos la venden como agua de esa que es buena para el riñón

Todo, a precio de saldo (la compra, que no la venta)

Montan una reforma energética con la engañifa de que la competencia abaratará el recibo final, cuando lo que se esconde detrás es el pago de favores.

No se puede decir que no se estén ganando el sueldo esos muchos consejeros atrincherados tras la protección de jueces y gobiernos corruptos, tras las togas de los “iletrados” que los protegen con sus “blandas” sentencias.

Esto es lo que hay, como las lentejas, que si quieres te las comes, y si no, las dejas...

“—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.”

“—Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.


Jose Ramiro, bloguero

1 comentario:

  1. Excelente artículo, por el cual reciba mi felicitación. Añadir tan solo, a título de curiosidad....cuentan las eléctricas con la energía suficiente para satisfacer, en un momento determinado toda la potencia que tienen contratada con los consumidores?. Saludos




    ResponderEliminar

Comenta, critica, difiere, discute. Abierto a todo.